Es bien conocida la notable continuidad entre el cap. iv de DN y la comparación del Bien con el Sol en Rep. vi. Dentro de ese contexto la utilización por Dionisio del neologismo ‘teárquico’ merece una revisión. Dada la notable importancia del vocabulario del Anónimo, no sólo por su complejidad sino también porque requiere de una afinada sintonía para la apreciación adecuada de la significación preeminente en el marco de una indudable conexión con la literatura neoplatónica pagana, considero de interés profundizar el significado de este término en particular.
Me he ocupado anteriormente de los “himnos teárquicos” y de las “luces teárquicas” . A partir de estas indagaciones previas, queda en evidencia la conexión del vocablo con la problemática trinitaria, aspecto que deseo presentar en esta oportunidad.
La aparición en el Corpus del “Rayo teárquico” [CH 121 b (8);165 a-b (18); EH 537 b-c (120)]; “Rayo solar divino” [CH 301 a-c (45)] y “Rayo de los Oráculos teárquicos” [DN 588 a (109)], resulta fuertemente apoyada por las bastante más numerosas apariciones del adjetivo referidas al “teárquico Jesús” [EH 477 c (98); 484 a (101)], aunque dicho de maneras muy diversas en relación con “resplandor”, “palabra”, “inteligencia”, “filantropía”, “potencia”, etc . El neologismo es aplicado también al Padre, al Espíritu, a las Hipóstasis, a la hyparxis y la hyperyparxis, a la ocultez, etc. En todos los casos subyace la íntima relación del Bien con la luz, de manera que la adjetivación cobra con este término un considerable valor denotativo apto para ser desentrañado.
1. G.L. Ritacco de Gayoso, ‘Los himnos theárquicos’ en Teología y Vida, (PUC-Santiago de Chile) XLIII, (2002) 2-3 350-376 (circula también digitalizado)
2. G.L. Ritacco de Gayoso, ‘Las luces teárquicas’, ponencia leída en “Conference Neoplatonism in the East –ex oriente lux- “, International Society for Neoplatonic Studies, University of Haifa on Mount Carmel, Israel, March 2011.
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